Por Carlos Caro Navarrete, Psicólogo/Especialista Acompañamiento Psicoeducativo
En la vida universitaria, donde las exigencias académicas se entrelazan con la vida social y personal, la posibilidad de dormir adecuadamente a menudo queda en un segundo plano. Sin embargo, la higiene del sueño, es decir, las prácticas que promueven un sueño saludable, son importantes no solo para el bienestar general, sino también para el rendimiento académico.
¿Qué es la higiene del sueño?
La higiene del sueño se refiere a una serie de hábitos y prácticas que son necesarias para tener una buena calidad de sueño y estar completamente descansado durante el día. Estos hábitos incluyen mantener un horario de sueño regular, crear un ambiente propicio para dormir, y evitar sustancias y actividades que puedan interferir con el sueño.
Impacto en el rendimiento académico
La relación entre la calidad del sueño y el rendimiento académico ha sido ampliamente documentada. Investigaciones han demostrado que los estudiantes universitarios que mantienen una buena higiene del sueño tienden a tener mejores resultados académicos, mayor concentración y una mejor capacidad de retención de información. La falta de sueño, por otro lado, puede llevar a una disminución de la memoria, la capacidad de atención y la toma de decisiones, lo que afecta directamente el rendimiento académico.
Un estudio realizado por el Centro de Sueño de la Universidad de Brown encontró que los estudiantes con patrones de sueño irregulares presentaron un rendimiento académico significativamente más bajo en comparación con aquellos que mantenían horarios de sueño consistentes. Además, la privación de sueño puede aumentar el estrés y la ansiedad, factores que también perjudican el rendimiento académico.
Algunos tips para Mejorar tu Higiene del Sueño
- Mantén un Horario Regular de Sueño: Acuéstate y despiértate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular tu reloj biológico y facilita conciliar el sueño y despertar.
- Crea un Entorno de Sueño Ideal: Asegúrate de que tu habitación sea tranquila, oscura y fresca. Considera el uso de cortinas opacas, tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco si es necesario.
- Evita Pantallas Antes de Dormir: La luz azul emitida por teléfonos, tablets y computadoras puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño. Trata de evitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarte.
- Establece una Rutina Relajante: Antes de dormir, realiza actividades relajantes como leer un libro, tomar un baño caliente o practicar la meditación. Estas actividades pueden ayudar a señalar a tu cuerpo que es hora de descansar.
- Limita las Siestas: Si bien las siestas pueden ser beneficiosas, tomarlas demasiado tarde o por demasiado tiempo puede afectar tu capacidad para dormir por la noche. Trata de limitar las siestas a 20-30 minutos y tómala antes de las 3 de la tarde.
- Cuida tu Dieta y Ejercicio: Evita consumir cafeína y alimentos pesados o picantes antes de dormir. El ejercicio regular también puede promover un mejor sueño, pero trata de no hacerlo justo antes de acostarte.
- Controla el Estrés: Las técnicas de manejo del estrés, como la respiración profunda, el yoga o la escritura en un diario, pueden ser útiles para reducir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño.
- Limita el Consumo de Alcohol y Tabaco: Ambos pueden interferir con la calidad del sueño. Aunque el alcohol puede hacerte sentir somnoliento, puede alterar el ciclo del sueño durante la noche.
- Organiza tus actividades académicas: Evita -en lo posible- trasnochar para cumplir con tus actividades.
Al adoptar hábitos saludables de sueño, puedes optimizar tu capacidad para aprender y rendir en tus estudios, sino también mejorar tu bienestar general.
Recuerda que en el programa PACE, contamos con acompañamiento académico y psicoeducativo para favorecer tu adaptación en la universidad y acompañarte en este camino.